El Agility está de moda
¿Qué es el AGILITY? Es un deporte canino con modalidad competitiva donde diriges a tu perro a través de un recorrido compuesto por una serie de OBSTÁCULOS, los cuales tiene que hacer de la manera más limpia y en el menor tiempo posible
Los obstáculos pueden ser vallas, balancín, slalom, túnel, rueda… y no se puede tocar al perro, solo puedes dirigirte a él con PALABRAS y GESTOS, por lo tanto tiene que haber muy buena compenetración entre guía y perro
Este deporte lo puede practicar CUALQUIER PERSONA con CUALQUIER PERRO
Es verdad que siempre se nos viene a la mente un Border Collie practicando agility, pero NO, este deporte lo puede practicar CUALQUIER PERRO. Lo importante es que esté motivado para seguir las indicaciones de su dueño, y no importa si es un chihuahua, un podenco o un labrador, ya que se compite y entrena a la medida de cada perro, medido a su cruz.
Eso sí, para competir el perro tiene que ser ágil, tener una edad mínima de 18 meses y pasar un test de carácter en el que se constate que el perro no es agresivo con personas y/o perros y pertenecer a un club oficial. Y no, agility no es lo que haces con tu perro en el parque subiéndolo por el tobogán y atado con la correa, ja, ja!
¿Crees que TU PERRO podría hacer agility?
Estuvimos en el Centro Canino Sa Roca visitando las instalaciones de agility. Yolanda nos enseñó las 3 pistas que tienen para aquellos que quieren practicar este deporte.
La primera pista es la de OBEDIENCIA, porque el agility se realiza sin correa, y para ello, los perros necesitan un cierto grado de obediencia, es decir, que lo llames y venga, que sepa esperar, que camine a tu lado… Se realizan en grupos reducidos de un máximo de 4 perros para que sea lo más personalizado posible.
La segunda pista es la de INICIACIÓN, con obstáculos básicos, como saltos y túneles, adaptados a la altura y conocimientos del perro y donde se simplifica todo para un mayor aprendizaje mediante el juego y la diversión. Aquí todavía no se hacen circuitos completos, sino que se les va enseñando a los perros y a los guías a aprender obstáculo por obstáculo y a guiar al perro por ellos.
La tercera pista es la de COMPETICIÓN. Eso no quiere decir que obligatoriamente tengas que competir, porque el agility es un deporte que puedes hacer con tu perro solo para divertiros, para que hagáis ejercicio juntos, para tener un vínculo más especial con él y para ayudarle a desarrollar sus reflejos y seguridad en sí mismos (autoestima). En esta pista se encuentran todos los obstáculos homologados que luego encontrarás en la competición. El guía primero memoriza el recorrido que quiere hacer mientras el perro espera fuera de pista. Se intenta simular lo que luego va a suceder en una competición. Suelen ser entre 15 y 22 obstáculos y el guía tiene entre 7 y 8 minutos para memorizar dicho recorrido propuesto. Eso sí, no se suele entrenar más de media hora, o una hora con descansos, ¡queremos que el perro disfrute, no que termine exhausto!
Si quieres competir con tu perro, debes pertenecer a un club homologado y tu perro tiene que tener 18 meses para que su estructura y musculatura ya esté formada, y debe pasar un test de carácter, que es una prueba para comprobar que no es un perro agresivo (recuerda que van sueltos) con personas y/o perros.
Así que si crees que tu perro puede ser un candidato a practicar agility, COMPRUÉBALO, en Sa Roca puedes adquirir un bono de 5 sesiones, que reservarás a través de una aplicación móvil, o apuntarte y pagar una cuota mensual, y quien sabe… ¡quizá tengas un futuro campeón/a en casa!
Además, en el centro canino también hay cursos de Educación, Obediencia, Habilidades y Detección Deportiva, que es otra forma de jugar y entretener a tu perro con el olfato, y no tiene porqué ser de drogas o explosivos, que es lo primero en lo que pensamos, verdad? Lo que busque es lo de menos, lo importante es enseñarle a buscar algo (suele ser salvia, cedro o clavo, porque son plantas aromáticas inofensivas para los perros) para estimular su mente, jugar de una manera diferente y fortalecer vuestro vínculo. Como las alfombras olfativas, ¡pero a lo grande!
