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El Camino del Cid es un itinerario que sigue las huellas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, famoso caballero medieval del siglo XI. La guía es el Cantar de mío Cid, cuyos lugares, parajes y castillos forman la columna vertebral de este itinerario. Vamos a descubrir los lugares que transitan en Zaragoza y Teruel

Pero Pablo también apuesta por rutas tranquilas, cercanas, no exentas de aventura y a las que nos podemos animar este verano-otoño para hacer con nuestros perretes. Hablamos con él sobre el Camino del Cid que ha hecho con Hippie hace unas pocas semanas

TPB: Pablo, antes de adentrarnos en el Camino del Cid, sabemos que eres de Gijón, considerada la ciudad más petfriendly de España. ¿Es cierto que lo es?

Pablo Calvo: En realidad no sé si es la ciudad más petfriendly, pero te puedo asegurar que hay mucha diferencia entre Gijón y otras ciudades de España. En Gijón los perros pueden entrar a las cafeterías, pueden ir a la playa, y es completamente normal que los perros entren en los comercios. Hay muchos parques por la ciudad con zonas destinadas para perros, con zonas para poder soltarlos y las instituciones han hecho un gran esfuerzo en este sentido. También te digo que Gijón es una ciudad muy limpia, y es muy raro que el dueño de un perro no recoja los excrementos de su perro o no limpie lo que ensucia, así que creo que la buena convivencia y el éxito de ser petfriendly es mutuo de instituciones, dueños de perros y ciudadanía en general.

TPB: Siempre decimos que los perros se cruzan en nuestro camino y encontramos al compañero ideal para compartir la vida. ¿Cómo surgió el flechazo entre Hippie y tú?

Pablo: Antes de comenzar esta aventura, yo trabajaba con perros de rescate con los bomberos de Asturias. Tenía a Negrito, un perro adoptado, excepcional, que hizo más de 100 rescates pero que ya se hizo mayor. Quise darle la oportunidad a otro perro que estuviera condenado a una jaula y me acerqué a la protectora de Gijón. Buscaba un perro con unas características determinadas, ya que necesitaba un perro fuerte, con energía, que le gustara la actividad. Hippie era perfecta porque es muy intensa, tiene pasión por el juego, no tiene miedos y sí mucha motivación. Pero es cierto que me dio mucha pena dejar otros tantos que serían perfectos compañeros para vivir en una casa. La recogí con 1 año, y ahora ya tiene 9 años y medio y juntos hemos pasado múltiples aventuras. A ella le encanta correr al lado de la bici, siempre que puedo la dejo que corra en vez de llevarla en la bici, porque además puede hacer perfectamente 60-70 kilómetros al día y cuando acampamos, sigue jugando con un palo o corriendo detrás de algo que ve, así que es una perra que todavía es muy fuerte y está en plena forma.

TPB: En 2013 recorristeis 8 países diferentes. ¿Has encontrado algún problema en algún país al viajar con un perro?

Pablo: Afortunadamente nunca he tenido ningún problema. Es cierto que no viajo de una manera convencional, ya que solemos hacer acampada y no frecuentamos hoteles y restaurantes. Pero en Italia vi como los perros podían entrar en los supermercados, en Marruecos la gente se paraba y se hacía fotos con Hippie y en Mónaco o en Suiza les resultaba extraña la vida tan nómada que llevaba con el perro, acostumbrados, dado su alto nivel económico, a sobreproteger en exceso a los animales de compañía, algo que no beneficia en absoluto a las mascotas. Pero problemas no he tenido ninguno.

TPB: En junio has hecho el Camino del Cid. Para quien no lo conozca, es un itinerario turístico cultural que atraviesa España y sigue las huellas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, famoso caballero medieval del siglo XI. Los lugares, parajes y castillos que aparecen en el Cantar de mío Cid forman la columna vertebral de este itinerario, que tiene 1.400 kilómetros de senderos y 2.000 kilómetros de carreteras, por lo que está dividido en rutas tematizadas entre 50 y 300 km que puedes hacer andando, en bici, en coche o en moto para que puedas así acomodar el viaje a tus necesidades y tus días de vacaciones.

En este caso, tú has hecho en bicicleta el Camino desde Vivar del Cid en Burgos hasta Morella en Castellón, pasando por Zaragoza y Teruel en ese itinerario.

Pablo: Sí, mi primer contacto con la provincia de Zaragoza fue entrando por Alhama de Aragón, que con gran pena no tomé uno de los baños en los balnearios que hay, pero sí que paré en Gallocanta, un paraje precioso al que tengo que volver en noviembre para ver la llegada de las grullas. Seguí hacia Daroca e hice una parada en El Poyo del Cid.

Entré a ver Teruel, que me pareció una ciudad preciosa y seguí por Bronchales, Albarracín y me aventuré a hacer una parte de 20-30 km de la Vía Verde de Ojos Negros hasta llegar a Mora de Rubielos.

TPB: ¿Qué te pareció esta parte de la ruta?

Pablo: Me sorprendió enormemente la variedad del paisaje, cómo va cambiando cada pocos kilómetros y que cada día no se parece al anterior. Es una ruta que no se hace aburrida ni monótona porque un día vas por una zona montañosa, pero en la misma semana cambias a zonas más planas, o más rocosas, y en el camino encuentras castillos, bosques, pequeños pueblos preciosos donde la gente te acoge de una manera súper amable, y puedes recorrerla por distintos caminos y pistas, porque para los que vamos en bici es genial encontrar muchos kilómetros que puedes hacer sin coches.

TPB: La última parte la hiciste por la zona del Maestrazgo, una zona todavía desconocida para muchos, pero que atrapa a todo aquel que la visita. ¿Qué visitaste y qué idea te llevaste de esta zona?

Pablo: Siempre digo que España es increíble para viajar. La zona del Maestrazgo, y en general, todo el Camino del Cid es una zona muy bonita y todavía muy salvaje. Después de haber recorrido 10.000 km por España conociendo casi todas las provincias, me ha sorprendido este camino tan bonito y tan salvaje en España. Me encanta que todavía me sorprendan zonas de España, y esta ha sido una de ellas, que recomiendo encarecidamente.

TPB: Hiciste una parte del Camino de Santiago, y te quería preguntar si el Camino del Cid se asemeja a este o al ser uno de ellos religioso y otro histórico hace que difieran bastante.

Pablo: En realidad yo soy bastante crítico con el Camino de Santiago y lo tomo más como una iniciación para quien quiere comenzar a andar o ir en bici en ruta, porque siempre estás acompañado. Pero no es una aventura, los horarios están muy establecidos, pasan miles de peregrinos al día por los pueblos y se ha perdido el contacto con la gente en aras de hacer el camino un negocio cada vez más rentable.

El Camino del Cid, al tener mucho menos volumen de turistas, está menos transitado, la gente de los pueblos quiere hablar contigo, tiene curiosidad y es más auténtico. Aun así, estamos en España, por lo que es un camino muy seguro y controlado, se puede encontrar un sitio para dormir fácilmente durante todo el recorrido y te metes en la historia de la España Medieval de una manera muy interesante recorriendo pueblos abandonados. Te puedes montar tu propia aventura con multitud de caminos por recorrer.

Nos despedimos de Pablo a punto de tomar un barco junto a Hippie. Una perra leal que según él, le ha condicionado la vida, porque si no fuera por ella quizá no habría comenzado este proyecto.

Nosotros nos quedamos en Aragón, y contactamos con el consorcio del Camino del Cid para saber qué hoteles del Camino del Cid en las provincias de Zaragoza y Teruel admiten mascotas.

Son estos, así que os animamos a seguir las aventuras del Cid Campeador en nuestras tierras, porque vacaciones, literatura y mascotas hacen un trío difícil de superar. ¡Disfrutad del mes de septiembre!